Esta emprendedora es fundadora del exitoso emprendimiento: “Empanadas Dese Un Gusto” y hoy está abriendo su segunda sucursal de venta de empanadas de cóctel.

Leticia Castros Saavedra, es oriunda de Santiago pero desde el año 1997 que vive en Iquique. Llegó a la ciudad recién separada con tres hijos, el menor de 2 años. Trabajó en distintas empresas hasta que la despidieron. Sin apoyo de familiares ni del padre de sus hijos, tuvo que tomar una decisión: tenía 15 mil pesos en el bolsillo y no sabía si pagar la luz o emprender. Optó por el segundo camino.

“No sabia qué hacer, cómo hacer rendir esa plata. En ese momento, recibí el llamado de una amiga que me dijo que preparara algo rico, que yo cocinada bien. Tenía miedo pero me armé de valor ya que no era comerciante y decidí invertir esa plata en harina, cebolla, carne y me lancé hacer empanadas sin ningún estudio de costos ni de nada”, recuerda Leticia.

Afortunadamente, le fue bien. Sus hijos se involucraron en esta aventura. “Uno me ayudaba con la masa y el pino, el otro, las repartía en su patineta y cuando saqué cuentas, observé que se había duplicado la plata invertida y pensé no es un mal negocio”.

A la semana siguiente volvió hacer lo mismo. Vendió en el colegio de sus hijos y a conocidos, pero en esta oportunidad no le fue como esperaba. Dice que se quedaron con varias empanadas las que tuvieron que comer durante toda la semana.

“Pese a la situación, continuamos haciendo empanadas pero en las fechas que sabíamos que nos comprarían. Con el tiempo encontré un local en el Terminal Agro Sur, donde actualmente atiendo (Local 88) y me llevé literalmente toda mi cocina de la casa porque no tenía recursos para comprar nuevos implementos. En el transcurso me di cuenta que había mucha gente vegana y gente joven que me compraba. Partí con 12 sabores e hice una carta de empanadas no tradicional. De pronto eran muchos jóvenes que llegaban con sus padres a comprar. Hoy, contamos con una carta de 40 sabores. Estamos permanentemente innovando, lanzamos empanadas nuevas los fin de semanas para que los clientes vayan degustando y así evaluamos el éxito o fracaso del producto nuevo”, contó la empresaria.

 

Apoyo de Sercotec

Con los años de esta aventura del emprendimiento, Leticia, conoció los distintos fondos que ofrece el Estado para el apoyo a los emprendedores. Postuló en tres oportunidades al Fosis, a la tercera obtuvo un reconocimiento de 500 mil pesos. El año 2011 se ganó el premio a la “Mujer Emprendedora” del banco Santander.

El año 2013 obtuvimos un Capital Abeja de Sercotec, que fue un aporte muy importante porque pude comprar las máquinas que requería para potenciar mi negocio y estar a la altura de lo que yo quería. El año 2017 recibimos el premio a la “Mejor Empanada de Pino” que entrega Inacap. El 2018 me gané el premio a la “Mujer Emprendedora” del banco Scotiabank y también postulé al Fondo Crece de Sercotec, donde pudimos renovar nuestra maquinaria e imagen. Al mismo tiempo, somos clientes del Centro de Negocios Sercotec Iquique, que ha sido un gran apoyo para nosotros, de hecho me instaron a abrir una sucursal que esperamos inaugurar pronto, donde vamos a tener productos de coctel”.

Patricio Burg León, director de Sercotec Tarapacá, destacó el esfuerzo y perseverancia de Leticia Castros, quien fue capaz de lograr un emprendimiento exitoso.

“El caso de esta emprendedora no es casualidad. No fue un golpe de suerte, ella construyó su propio destino a punta de esfuerzo y sacrificio. Recorrió un duro camino con niños pequeños. Hoy, no solo mejoró su situación financiera personal y la de su familia, sino que también mueve la economía local dando trabajo a 8 personas de manera fija y a otros tantos, de forma esporádica. Leticia además, incorporó la innovación y la creatividad en sus productos, como las empanadas con masa de colores que está a punto de lanzar con productos locales como la guayaba y quínoa”, puntualizó Burg.

Leticia evalúa su proceso de gestión empresarial. “Hoy estamos en una nueva etapa del emprendimiento. Estamos innovando fuertemente en nuestros productos y es increíble recordar cómo una idea que comenzó como una locura en la cocina de mi pequeño departamento hoy es una gran emprendimiento. He aprendido que las crisis son sinónimo de crecimiento, porque te dan impulso para reinventarte y salir adelante. Nuestro mejor premio es el reconocimiento de nuestros clientes. Estoy muy orgullosa de lo que hemos logrado, con mis colaboradores y feliz de este camino recorrido de altos y bajos porque me di cuenta que puedo administrar mi propio sueño”.

 

La emprendedora que comenzó su negocio de empanadas con 15 mil pesos: “soy capaz de administrar mis propios sueños”

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