En menos de una década, la podóloga Ingrid Garrido pasó de atender en un pequeño local, ubicado en una galería comercial de Santiago, a contar con una red de seis sucursales de Podólogos Chile, su empresa de cuidado para los pies que sigue en expansión. La creó en 2015 junto a su hermano César, arrendando un pequeño espacio al interior del Caracol Ñuñoa, donde sólo contaban con un escritorio y un sillón para atenciones. A muy poco andar vieron la necesidad de abrir un segundo local para satisfacer la creciente demanda de servicios podológicos y de estética integral, que incluyen limpieza facial, manicura y masajes. Durante su crecimiento empresarial contó con el apoyo del Centro de Desarrollo de Negocios Sercotec, que la asesoró en materia financiera y de gestión de la empresa. Además, complementó sus conocimientos participando activamente en las Escuelas de Fortalecimiento Empresarial Femenino que imparte el servicio.

Actualmente, está ad portas de inaugurar el séptimo local de atención de Podólogos Chile, impulsado por un sostenido aumento en sus clientes, los que se han multiplicado por siete desde los inicios de la empresa. De la mano de este crecimiento, ha logrado generar cerca de 40 puestos de trabajo. Pero su apuesta empresarial no se detiene, ya que también está avanzando en un proceso para conseguir que su empresa sea la primera clínica acreditada de podología en el país, mientras en paralelo desarrolla una línea propia de productos para el cuidado de los pies que comenzará a comercializar en todos sus locales, buscando diversificar y potenciar las ventas.